Feliz día del Maestr@ Subversivo! Para todos los que estamos enseñando mientras caminamos hacia la revolución, porque las aulas se quedan pequeñas ante los retos y las miradas de los jóvenes que nos llenan de ESPERANZA.
Reconocemos nuestra labor transformadora y revolucionaria; somos el presente que prepara el futuro, por eso damos lo mejor, estudiamos, trabajamos y combatimos. Educar es un acto de amor infinito y como amamos a nuestro pueblo estamos dispuestos a ir al comBATE-MAN y a la victoria.
Pero para esto los necesitamos a ustedes compañeros. Nos necesitamos mutuamente. Ustedes lo han visto, por ejemplo, que como nosotros no somos cuerpos gloriosos nos enfermamos. ¿Y qué encontramos cuando buscamos una cura, una pasta, una inyección en la Universidad? NADA. Nunca hay nada. Desde el semestre pasado nos quitaron la odontología, porque pareciera que Juan Carlos Orozco no se enferma y entonces “pa eso no hay plata”.
Y como respuesta a eso -y a tantas otras cosas- algunos estudiantes bajo la dirección del “profesor” Steiner Valencia y la siempre molesta “profesora” Clara Chaparro, ex vicerrectora, han iniciado una campaña para impedir que nosotros o cualquier persona pintemos, bloqueemos, protestemos o pensemos dentro del Edificio B, como si este edificio fuera un gran hoyo negro.
¿A qué estamos jugando? ¿A mantener bonita la fachada y hacernos los bobos con los problemas de la universidad? ¿Desde cuándo es más importante una pared?
Es a penas obvio que para personajes como éstos sea más importante una pared, pues hasta hace muy poco cuando eran funcionarios de la Administración Ibarra, ordenaban pintar a diario la fachada de la UPN, para, mientras tanto, repartir el botín en que se convirtió el poco presupuesto de la Universidad.
A esos funcionarios carroñeros debemos combatirlos y expulsarlos; la juventud colombiana no puede corromperse a tal punto que imite a tan vergonzosos ejemplos. El país está esperando demasiado de nosotros y espera que, con la educación como herramienta, los maestros organicemos caminos de liberación.
No en vano en cada casa la esperanza de los padres es que asistiendo a la Escuela sus hijos puedan vivir mejor. Y lo harán, si nos comprometemos a enrolarlos en el camino de la REVOLUCIÓN, que no es una palabra de moda, sino un compromiso con las generaciones que vienen y que MERECEN VIVIR DIGNAMENTE.
Si sus sueños se reducen a mantener una pared en blanco, los respetamos. Los nuestros son grandes y son el motor de nuestra vida, porque como dijera Jaime Pardo Leal: “¿De qué vale la vida, si cuando se tiene parece muerta? La vida es para sentirla, para vibrar, para COMBATIR. Eso es lo que justifica nuestro paso por la tierra.” Muchas gracias.
Comandante Jaime Bateman: ¡Cumpliremos!
Camilo, tu ejemplo es el camino.
Bolívar, tu espada en pie de lucha, ayer, hoy y SIEMPRE.
Comunicado entregado en la Universidad Pedagógica Nacional
Martes 17 de mayo de 2011
