Movimiento Jaime Bateman Cayon: Carta del Movimiento Jaime Bateman Cayón al compañero Julián Conrado

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martes, 20 de diciembre de 2011

Carta del Movimiento Jaime Bateman Cayón al compañero Julián Conrado


Bogotá, Diciembre 6 de 2011

Compañero, camarada, Julián Conrado:

Te saludamos desde la fría Bogotá, la tierra del filósofo Bolivariano Alfonso Cano. Somos de los poetas y los cantores del mundo entero y te escribimos con la indignación de la noticia de su muerte en un operativo de dimensiones nunca antes conocidas, seis mil soldados, 30 helicópteros, aviones fantasma, la inteligencia gringa, y todo esto para asesinar al hombre que no era un hombre, sino un pueblo. Él, como nadie, encarna a esos miles de jóvenes de ciudad que dejan las comodidades de las metrópolis para internarse en la selva y combatir la injusticia. Es la muestra real y palpable de que sí se puede.

En los días posteriores al hecho, todos los análisis apuntaban al delirante sueño del fin del fin de la guerrilla colombiana. Aquel sueño que desde los años 60s está en la agenda de los Santos, los Lleras, los Pastrana, los Turbay… La oligarquía piensa que con la muerte de Alfonso, muere su ejemplo de décadas. Y lo que pasa, querido Julián, es que “los revolucionarios, a diferencia de la oligarquía, no enterramos a nuestros muertos en la tierra, sino en el corazón, y ahí palpitan hoy, mañana y siempre, al ritmo de la vida y las esperanzas populares” como sentenciara Andrés Almarales al enterarse de la muerte de Jaime Bateman Cayón, el Comandante “Pablo”.

Y ya que hablamos de Jaime se nos hace necesario presentarnos: somos el Movimiento Jaime Bateman Cayón, inspirados en aquel revolucionario samario que murió en un confuso accidente aéreo y que tuvo como maestros en la guerrilla a Manuel Marulanda, Jacobo Arenas y, particularmente, a Ciro Trujillo. Jaime Bateman, el que recuperó la espada de Bolívar y que juró no devolverla hasta que hubiera justicia social en cada rincón de Colombia. Esa historia tú la cuentas mejor en la canción “Regresó Simón”, a la que le hicimos un video, que ha sido visto más de diez mil veces.

Lamentablemente Pablo fue traicionado y su sueño entregado por sus antiguos compañeros, esos que hoy condenan tu lucha y la nuestra, a los que, como a los opresores, les causa espanto tu canto. Y nos condenan a ti, y a nosotros, simplemente porque no creemos que traicionar las causas del pueblo sea el camino. Ya lo decía Alfonso al ser cuestionado sobre por qué las FARC-EP no seguía el ejemplo del M-19 que se había reincorporado a la vida civil: “Nosotros no nos vamos a entregar por unas cuantas curules y unos taxis”. Que orgullo nos produce saber que hay compañeros dentro de las FARC-EP que comparten la idea del Comandante Bateman, que la paz es la tierra, es el salario, es la educación, es la salud, y que esta nunca será resolverle los problemas a unos cuantos guerrilleros, sino a la gente, es como lo dices tú, trabajar por los sueños de los oprimidos que son sueños de libertad.

Somos una organización estudiantil e independiente, comprometida con el cambio social en Colombia. No tenemos nada que ver, más allá del respeto y el afecto, con ninguna estructura de nuestro país. Conocemos la historia de una guerrilla que se llamó como nosotros, aunque no tenemos ningún vínculo con ella.Trabajamos desde la clandestinidad, pues, como bien sabes, hacer política de izquierda, verdadera política de izquierda en Colombia, es un delito que se paga con la vida, o sino que nos lo diga Jaime Pardo y su sueño tiroteado.

Hemos hecho un gran esfuerzo para que tu canción sea conocida por más y más colombianos, para que se solidaricen con la difícil situación a la que hoy te enfrentas. Desde hace un año y un poco más, comenzamos una intensa campaña para dar a conocer tu trabajo en las universidades públicas colombianas. Desde el mural con tu figura y la guitarra, hasta la interpretación de tus canciones en la mismísima plaza Che Guevara de la mítica Universidad Nacional de Colombia en Bogotá; la misma en la que estudiaron Alfonso cuando era Guillermo León, Álvaro Fayad y el mismo Jaime Bateman.

De ti, poco se sabía, incluso hay quienes pensaban que estabas muerto, pues, cuando el bombardeo al campamento del camarada Raúl, la oligarquía salió eufórica a anunciar tu muerte. Pero como pasó con Manuel una decena de veces, tú en las montañas les resucitaste y volviste a la batalla para animar la lucha de los pueblos por su liberación.

Nos ha alegrado mucho poder escuchar tus nuevas canciones; aquellas que han encendido en nuestros corazones para que siempre arda, una llama justiciera, y queda comprobado que traspasan muros, cárceles y nada las puede detener. Estamos practicándolas para poder interpretarlas muy pronto. Te reconocemos, querido compañero, más que como dirigente de una organización, en tu caso las FARC-EP, como un dirigente nacional, un hombre tormenta, capaz de desatar fuerzas escondidas; un hombre que en determinados momentos de la historia aparece, mostrando las mejores cualidades de nuestro pueblo. Eres un gran ejemplo.

Quisiéramos pedirte un favor. En estos días los oportunistas de izquierda han querido utilizar la memoria de Jaime Bateman en contra de la lucha armada, sabemos del afecto que tenías por su madre, la vieja Clementina Cayón y que conocías las dimensiones colosales de la moral del Flaco Bateman. El favor consiste en que lo mencionaras en una canción, reivindicándolo como vivió: guerrillero, con Jacobo y con Manuel, amando con verraquera y despertando amor con verraquera. Creyendo que la cadena de afectos, aquella teoría que decía que uno sólo se muere cuando no tiene quién lo quiera, lo mantendría vivo en el ideal de las nuevas generaciones. Nosotros, hace 3 años, lo volvimos a traer a la lucha y ese Flaco huele a pólvora. Nos solidarizamos con tu causa, que es la nuestra y seguiremos cantando tus canciones en cada rincón de Colombia. Nos sumamos al clamor: ¡Que no calle el cantor!

Nos despedimos con toda la seguridad que ¡Amando Venceremos! Anhelando encontrarnos para festejar tú pronta libertad y la de nuestro pueblo, porque más que vigente, la revolución es necesaria. Y la revolución es una fiesta, pronto celebraremos Julián.

Movimiento Jaime Bateman Cayón

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