Movimiento Jaime Bateman Cayon: “Hasta ese momento éramos la pureza en chanclas”

TITULO COLORES

TITULO EN NAVEGADOR

domingo, 2 de enero de 2011

“Hasta ese momento éramos la pureza en chanclas”

Eso le dijo Jaime Bateman a la prensa cuando se refirió al evento de las Armas del Cantón Norte y prosiguió: “Dejamos de ser el Robin Hood del paseo para convertirnos en el Che Guevara” para explicar por qué en ese momento eran el objetivo número principal para el gobierno de Turbay.
Hoy -más que nunca- se hace de imperiosa necesidad trabajar en la memoria de los pueblos; el manejo oficial de la historia nos convierte en “subversivos”, porque no nos acomodamos a los dictados y tampoco vemos ese hilo conductor como un pasado muerto, sino como un motor de lucha más vigente que nunca en nuestro país. Un 1° de enero, hace 32 años, la Operación Colombia –La de la “Ballena Azul” como la llamó Bateman- le entregaba al país una noticia que no se podía creer ni siquiera cuando salieron los altos mandos militares con los ojos desorbitados a explicarle al país, que la guerrilla, se le había robado 5.000 armas en el Cantón Norte en Bogotá.


Y es que cuando se habla de guerra popular se hace en serio y asumiendo la rebelión armada como camino inexorable hacia la independencia definitiva, esa que se vio truncada cuando la oligarquía santanderista truncó el sueño Bolivariano “de una patria del tamaño justo del subcontinente americano”, como lo llamara Andrés. Se “recuperaron” esas 5.000 armas -7 mil según lo cuentan años después- para darle impulso, vida y –de una vez por todas- aspiraciones de triunfo al pueblo colombiano. Nunca antes en la historia de la rebelión de nuestro país se le había dado un golpe tan contundente al orgullo de las Fuerzas Armadas sin disparar un solo tiro, el único momento hasta ese momento en que los militares habían sentido vulnerado en cacareado “honor militar” fue cuando los héroes de Marquetalia –entre ellos mujeres y niños- los habían hecho avergonzar ante el mundo entero cuando anunciaban que “las repúblicas independientes se acaban hoy mismo” y no pudieron, a pesar de los aviones y la intervención gringa- hacerle el menor daño a los guerrilleros de antaño. No se quedaron sino en las ilusiones morbosas de Álvaro Gómez Hurtado.

A partir del momento en que el General Miguel Vega Uribe –a punto del infarto- ingresa a los almacenes de donde el “Eme” le sacó las armas, comenzó por orden suya la persecución más atroz contra la guerrilla poniendo como objetivo número uno la captura o asesinato de Jaime Bateman Cayón. Se hizo pública la tortura; se volvió política de Estado para arrancarle la información –y la dignidad- a las miles de personas que cayeron en los crímenes del Gobierno de Turbay Ayala. Con la aplicación de las torturas traídas del cono sur vencieron a algunos combatientes y recuperaron algunas armas. Nunca más el Ejército pudo mostrarse generoso, bueno y apolítico, a través de la confrontación se le obligó a mostrarse con su ferocidad, sin afeites ni retoques.

Recordamos los informes de Amnistía Internacional llamando al respeto de los Derechos Humanos, los Consejos de Guerra administrados por los mismos torturadores, el apoyo incondicional de las madres de los presos políticos que con sus canas hacían avergonzar a los Generales de la república. A partir de la época del Cantón Norte ya se perfilaban las Fuerzas Armadas como el enemigo número uno del pueblo, allí se da el nacimiento de la impunidad, por eso luego viene el Palacio de Justicia y la impunidad, y hoy se hacen presentes, para vergüenza de una nación, los asesinatos de los jóvenes de Soacha como insignia y de los miles de jóvenes en todo el país. Eso es lo que llamamos la aplicación de la pena de muerte, acción ilegal de una oligarquía que se desgatiña hablando de la legalidad y de los Derechos Humanos, pero que en la práctica se hace la loca y a penas se ruboriza ante el acoso de la opinión nacional.
Y atentos al discurrir histórico de nuestra América nos encontramos con que el nuevo año siempre trae nuevos retos y expectativas, y en 1959 le correspondió al heroico pueblo cubano mostrar que no sólo es una tarea luchar contra el imperialismo, sino que es posible vencerlo. El Che y Raúl ingresaban triunfantes a Santiago de Cuba ante los ojos expectantes de su pueblo, que esperaba a su líder e inspirador, Fidel Castro. Cuba se convirtió en el Faro de América Latina y desde allí, con bloqueos, intentos de invasión y la propaganda negra, ha mantenido en alto la bandera de la dignidad de los pueblos y nos recuerda, con su ejemplo, que “no hay poder en el mundo capaz de aplastar la fuerza de la razón y las ideas”. Y las armas del Cantón nos recuerdan que sí es posible, que cuando un movimiento plantea algo, debe hacer hasta lo imposible por conseguir los medios para hacerlo realidad, así como hace 32 años se tomaron las armas para hacer posible que el pueblo en armas luchara por su libertad.


Ahí están los ejemplos, así a diario nos muestre la gran prensa que no hay otro camino, nuestros pueblos nos han dado cátedra de audacia infinita y cuando más se les ha dado por derrotados llegan las nuevas generaciones a recoger las banderas y a llevar la confrontación a otros niveles, más altos y con más perspectivas de triunfo. Nos ha correspondido a nosotros, los colombianos de esta generación, proyectar esas viejas victorias en el futuro y poner nuestra sangre en las luchas del presente, pero las próximas generaciones de colombianos no serán de esclavos.


¡A 32 años del Robo de las Armas para el Pueblo!
¡A 52 años del triunfo de la Revolución Cubana!


Movimiento Jaime Bateman Cayón

No hay comentarios: