Movimiento Jaime Bateman Cayon: junio 2010

TITULO COLORES

TITULO EN NAVEGADOR

lunes, 14 de junio de 2010

¡Porque los sueños nunca podrán ser asesinados!

Comunicado entregado el Viernes 11 de Junio en la conmemoracón del Día del Estudainte Caído


La fuerza de Gonzalo, de Uriel, de Carlos Giovanni, de Jaime, de Óscar, de Manuela, de Nicolás y de tantos otros estudiantes asesinados, nos llama a combatir cada vez mejor, con más fuerza, con más entrega y amor por una causa llamada Colombia. Ellos dieron sus vidas para que ustedes y nosotros estemos aquí, en una Universidad Pública. Es por eso que no entendemos cómo muchos que hoy están aquí, estudiando sobre la sangre y entrega de tantos compañeros, no muestran el más mínimo interés por defender la Universidad. No les pedimos que tiren una piedra si no están convencidos; les pedimos que defiendan entonces la academia, porque no es justo que ante un cierre tan descarado como el de “la caldera mágica” parte del estudiantado se sienta feliz por ello, y aun peor, no comprende que pasó en una coyuntura especial como lo son las elecciones. Hay algo de rabia y desolación por los asesinatos a todos nuestros compañeros, pero es más la fuerza de su ejemplo que nos invita a seguir caminando por los caminos en búsqueda de la libertad. Y no es para ponernos a llorar, pero sí es de reconocer que hay una política de asesinatos selectivos a quienes hacen uso del derecho más básico del que se ufanan las democracias más primitivas: pensar y expresarse libremente. A los estudiantes de la UPN les pedimos que luchen por este país, no todo está perdido.


Mientras haya miseria, habrá protesta popular y ahí tenemos que estar nosotros. A los profesores los entendemos; es complicado que lo amenacen a uno con el sueldo, pero les recordamos que hay otras formas de manifestarse.A los trabajadores les agradecemos por hacer esos esfuerzos tan grandes, con tan poco presupuesto. Y, muchas veces, con la poca colaboración de nosotros los estudiantes.A los directivos de la Universidad los invitamos a no pensar tanto en que nosotros vamos a hacer tropeles. Sería mejor, y más honesto, buscar soluciones para sacar de la crisis en la que ustedes tienen a la Pedagógica. A la señora Rectora, le decimos adiós, pasó sin pena ni gloria, le rescatamos la imaginación, no a cualquiera se le ocurre pensar en “que se dañó la caldera” para cerrar la Universidad.Los invitamos, compañeros, a que nos acompañen en esta pelea por la búsqueda de la dignidad. Estos compañeros muertos nos muestran el camino y les pedimos a ustedes, maestros y maestras del ahora que nos ayuden a construirlo. Que así como nos duele que Colombia no vaya al mundial, también nos duela que aquí hay dos o tres muertos diarios por violencia, otros cien DIARIOS por hambre, mientras las ganancias de los ricos se disparan.
¡Sabemos que una revolución no se hace en un día, pero se comienza en un segundo!
COMPAÑERO JHONNY SILVA ¡PRESENTE!COMPAÑERO JULIAN HURTADO ¡PRESENTE!COMPAÑERO NICOLÁS NEIRA ¡PRESENTE!COMPAÑERO CARLOS GIOVANNI BLANCO ¡PRESENTE!COMPAÑERO OSCAR SALAS ¡PRESENTE!COMPAÑERO GONZALO BRAVO ¡PRESENTE!COMPAÑERO URIEL GUTIÉRREZ ¡PRESENTE!




MI VOZ, LA QUE ESTÁ GRITANDO, mi sueño el que sigue entero y sepan que sólo muero si ustedes van aflojando, porque el que murió peleando, vive en cada compañero.¡POR NUESTROS MUERTOS! Ni un minuto de silencio, toda una vida de combate.¿HASTA CUANDO? Hasta Siempre¿HASTA DONDE? Hasta la victoria¿Y DE SER NECESARIO? ¡Hasta la muerte


Universidad Pedagógica Nacional
Sede Calle 72
Junio de 2010

domingo, 13 de junio de 2010

8 y 9 de junio, días del estudiante caído

Han pasado más de 70 años desde que cayó el primer estudiante victima de la guerra sucia que el estado practica contra nosotros, son los mismos 70 años de perdón y olvido colectivos. El 7 de junio de 1929 cae abatido el estudiante Gonzalo Bravo Pérez, y desde allí comienza una persecución sin cuartel contra todos aquellos estudiantes que luchan por la reivindicación de sus derechos. A manos de los que hoy llaman “héroes de Colombia” veinticinco años después, el 8 de junio de 1954, cae el estudiante Uriel Gutiérrez y al siguiente día más estudiantes caen por las balas de hombres del batallón Colombia. Hace tan solo 4 años el estudiante Oscar Salas muere en el más impune de los hechos, un perdigón disparado por los ESMAD le atraviesa un ojo, mostrando así lo sanguinarios que pueden llegar a ser la fuerza pública. Lo más triste es que, si no hacemos algo YA, vamos para otros 70 años de olvido, al estilo de ‘Gabo’ en su célebre Cien años de soledad, cuando la peste del insomnio comenzó a hacerlos olvidar los nombres de las cosas, las personas y posteriormente la capacidad de hablar y, por otro lado, el olvido de la población sobre el asesinato de tres mil trabajadores que protestaban por las paupérrimas condiciones laborales en la United Fruit Company. “Seguro que fue un sueño, en macondo no ha pasado nada, ni está pasando ni pasara nunca. Este es un pueblo feliz” decían.
En este paraíso macondiano donde los medios de comunicación nos hacen creer que todo está bien -como dice Coca-Cola “estas aquí para ser feliz”- (Felices en la miseria), sufrimos algo hoy pero lo olvidamos mañana, porque vivimos en un eterno presente soñando con un futuro de “paz” (¡dejen comprar!), palabra con la cual se han llenado la boca todos los hipócritas que piensan que el ‘progreso’ de este país consiste en sembrar más pobreza entre el grueso de la población y más ganancias entre los ricos ó aniquilar todo aquello que para sus intereses no sirve, y en engañar al pueblo colombiano con base en publicidad barata, con más “reality shows”, con más “Colombia es pasión”, mientras nuestra comunidad estudiantil muere desangrada a manos de la fuerza pública; aclaro el término de “pública” en el sentido de que así es llamada por la sociedad en general, porque si hablamos tomando como base nuestro contexto, una institución que obra de acuerdo a intereses particulares y que la mayoría de sus prácticas no están contempladas por la ley, no puede ser llamada pública. Un Ejército cuyo único objetivo y cuya única función es defender la propiedad privada, los monopolios, al Patrón, a los latifundistas y explotadores, no puede ser llamado Ejército Nacional porque es el representante de unas minorías oligárquicas.
Aunque caigamos, como es posible, la lucha seguirá, a través de la pluma y el papel, de la piedra y la papa bomba, a través del análisis, de la lectura del mundo, como diría alguna vez Paulo Freire, no tenemos miedo, no debemos tenerlo. La lucha seguirá sencillamente porque ésta se inspira en las aspiraciones más nobles de justicia y libertad de un pueblo que ha vivido por más de doscientos años en la ignominia y la desesperanza. Mientras haya hambre y explotación, habrá quién se levante contra la injusticia, de una u otra manera, aquí estaremos nosotros, si se abren caminos menos dolorosos para nuestro pueblo, por esos senderos caminaremos, pero si se sigue con el exterminio, la tortura, la desaparición y la muerte, como seguramente seguirá Colombia, estaremos por el camino clandestino organizando a nuestro pueblo y buscando sus reivindicaciones a las buenas o a las malas.

Así y todo, con nuestros muertos al hombro vamos a seguir, porque ellos nos guían en los momentos de oscuridad, nos iluminan con su fuerza esperanzadora de un país mejor para la inmensa mayoría de los colombianos. A nuestros muertos, como lo dijera Andrés Almarales, “a diferencia de la oligarquía, no los enterramos en la tierra, sino en el corazón y ahí palpitan al ritmo de la vida y las esperanzas populares”. Que sepan estos representantes de minorías explotadoras que los estudiantes nos alimentamos de sueños, esperanzas y proyectos, que los hacemos realidad con nuestro pueblo, ese mismo pueblo que recuerdan cada cuatro años a la hora de la “democracia”, pero que es ignorado cuando reclama salud, educación y trabajo; derechos que no contempla esta democracia de pacotilla. Que sepa esta oligarquía que los estudiantes colombianos lucharemos hasta conseguir justicia política, económica y social. ¡Hasta la victoria, siempre!


Escrito por Mateo. UD
Movimiento Jaime Bateman Cayón

jueves, 10 de junio de 2010

Porque en la Universidad Distrital NO nos conformamos con hablar de dignidad: ¡lo llevamos a la práctica!

Hoy, una vez más, nuestra organización hace presencia en este escenario de combate y resistencia, el cual muchos de ustedes creen que se nos había olvidado, PERO NO. Tenemos todas nuestras esperanzas puestas en el esfuerzo que estamos haciendo para despertar en cada uno de los estudiantes, maestros, trabajadores y demás miembros de esta universidad, la verraquera, las ganas y la entrega, pero sobre todo, el amor revolucionario, motor de nuestra lucha.
Porque cada uno de los que estamos aquí se encuentra luchando para alcanzar sus metas y sus sueños de igualdad, y con esto, los anhelos de todo un pueblo que día a día sufre más humillaciones y ultrajes. Tenemos el deber de luchar hasta las últimas consecuencias por nuestra dignidad y la de todos nuestros compatriotas; hermanos que al igual que nosotros comprenden que la única manera de acabar las injusticias es por medio de la revolución.

Sabemos que una revolución no se hace en un día, pero se comienza en un segundo. Y por eso hoy, nuevamente, vamos a demostrar que no estamos dormidos, sino todo lo contrario, más combativos que nunca. Hay quienes dicen que los estudiantes de la Distrital ya no protestamos y otros, justificando sus propias limitaciones, dicen que accionar en la UD es querer darle una despedida digna y lavarnos la conciencia. La protesta estudiantil no es para eso, sino para empezar a despertar conciencias, nunca es demasiado pronto para hacerlo, pero siempre es tarde cuando de hambre y miseria se trata. Vamos a culminar un semestre con unas dificultades inmensas y la más apremiante de éstas es la inexistencia de sedes dignas para la educación pública colombiana. La Macarena se nos está cayendo y no por eso nosotros, el Movimiento Jaime Bateman Cayón, los Clanes Estudiantiles y la comunidad universitaria vamos a dejarla a su suerte. Es muy fácil mirar desde la barrera y hacer análisis desde otras universidades, pero los que aquí estudiamos entendemos qué es llegar a las seis de la mañana a estudiar y no tener puestos, espacios ó salones. Y por eso vamos a tropelear. Vamos a enfrentar la fuerza del Estado con la justeza de una lucha, ellos defienden a los ricos, nosotros soñamos con el pueblo. Ellos dicen que para qué hay tropeles, nosotros sabemos que si no es por la fuerza no nos van a tomar en cuenta. La política debe ir, en Colombia, acompañada por el sonido de la fuerza del pueblo.

Si usted se indigna por todas estas situaciones, lo invitamos a que tire una piedra y entienda que la universidad no está en unas piedras, sino que la universidad somos nosotros, nuestras ideas, sueños y esperanzas. Los que condenan la violencia revolucionaria como camino de liberación, tal vez olviden que es con violencia como nos han tenido oprimidos durante nuestras vidas y es con violencia que mantendrán los mezquinos intereses de una clase dirigente burda y antipueblo.

Un fuerte abrazo, y esperamos que cada piedra, peto y molocha que hoy se estalle sea para que nuestra conciencia se mueva y nuestra voz no sea olvidada por nadie que sepa que este es un territorio de guerrer@s. ¡Que comience la fiesta!

Compañeros, su futuro está en la patria, en ésta, en la nuestra. Pero, primero tenemos que cambiarla, volviéndola amplia, generosa y para TODOS los colombianos. A eso invitamos a la Juventud, a labrar, con su esfuerzo y con el nuestro, una NUEVA PATRIA.
Universidad Distrital Sede Macarena
Mayo 13 de 2010

Movimiento Jaime Bateman Cayón - Clanes Estudiantiles

lunes, 7 de junio de 2010

CON FLAUTA, TIPLE Y TAMBOR.

“Con flauta, tiple y tambor, un torbellino entonar, cantando coplas de mi buen folclor, de ésta Colombia sin par”, dice una canción popular con la que muchos hemos crecido entonando en nuestras pequeñas, rústicas y olvidadas escuelas mas allá del afán ruidoso de las ciudades. Con flauta de pasta o de millo, de madera o metal, podemos entonar melodías heredadas de nuestro pasado indígena con el mismo aire que viene de montañas bañadas de gloria y resistencia y que convertido en sonido, en canto libertario, se alza sobre la superficie inundando los valles y cañones que forman nuestros hermosos y numerosos ríos. Aire que corre rápidamente por los túneles que forman en su interior la inseparable pareja matriarcal de gaitas y su comadre currambera la chirimía cuando anuncian el invencible júbilo del colombiano.




Es el mismo aire que convertido en melodía toca las gotas del rocío que caen libremente sobre la sangre derramada de los jóvenes y viejos campesinos que mueren arrasados por la violencia de las ordinarias y glamorosas élites alimentadas a diario de una frenética carrera de ambición… es la sangre que se confunde con la oscuridad del suelo de un territorio nacional sombrío por su propia indolencia impuesta por las negras intenciones de los tiranos.



Las numerosas cuerdas del tiple, firmes y alegres como la convicción de su intérprete resuenan angustiosas ante su inminente desaparición… tiemblan al esperar la hora en que sus sonidos expandidos se confundan entre el silencio del hambre y la miseria. Son numerosas cuerdas, que como el arpa, la bandola y el cuatro, representan multiplicadas por millones, los sueños y las esperanzas de igual número de mortales sometidos por sus propios representantes; cuerdas insuficientes para acabar con cada bala, cada dolor, cada grito, cada lágrima, cada verdugo y su instrumento de olvido… insuficientes para construir una barrera contra el odio y la destrucción de la tierra por sus propios hijos que herejes se levantan contra ella. Cuerdas cortas que no alcanzan a llevar su canto hasta el desterrado ni el enterrado, tampoco al inmolado que convertido en polvo, viaja en el aire y las aguas como átomos volando y nadando en la desidia de los montes y llanuras acallados.

Cuerdas finas reventadas por el inmisericorde peso de las cadenas que engullen la razón y el amor que el campesino, el indígena, el negro y todo aquél oprimido es capaz de sentir, gozar y sufrir como ser humano que es. Son hilos brillantes, presentes y ausentes que también pueden hacer daño como la espina de la rosa, que pueden ser cortados como la vida de quienes los tocan y escuchan… olvidados y ridiculizados como los hombres y las mujeres que entre la azarosa manigua los crearon como auténtica oda al derecho de ser feliz.

Soy campesino hijo de manos laceradas por el trabajo, desterrado de su tambor, ese inmenso y finito paraíso donde explotan sordamente los golpes de las bombas caídas desde lo alto y las minas supuradas en la piel de la madre tierra. Soy campesina nacida de un vientre valiente que soporta con infinita paciencia los horrores de una sociedad que ya no puede diferenciar el bien del mal, el tambor de la explosión, la vida de la muerte, ni nuestra bota a la bota militar. Somos un golpe de resistencia y valentía; somos movimiento descendente sobre los pueblos y ciudades que no pueden ver los cayos de nuestras manos y espaldas, somos sonido de tambor, retumbante, alegre y bullicioso que al envejecer ahoga sus penas bajo la penumbra de los bajos techos de nuestras moradas.

Torbellinos de ritmos que viajan por cada rincón de la sufrida Colombia, bailes y rituales que engalanan las comunidades fervorosas unos días, otros, invadidas por los suspiros flagelantes del dolor y la rabia por la pérdida de sus seres queridos al levantarse y mirar la montaña, fortaleza natural de un mundo comprensible y alejado de toda teoría. Montañas ahora invadidas por la insensatez de quienes hablan de libertad y tienen las manos negras, embadurnadas de tierra robada y sangre inocente. Bambucos, pasillos, contradanzas, cumbias y joropos que acompañan los torbellinos de sabores sabotean la quietud indómita del verde brillante de la naturaleza, sabores y complexiones que se resisten a ser exterminadas junto con sus realizadores, son testigos de la bendición de un territorio bañado por dos océanos no muy lejanos a la habitación de Sue y Chía. Currulaos, porros, contrapunteos y vallenatos anuncian la llegada a territorios de gente parada y errante, héroes cimarrones que ven en el mundo su casa y subsistencia para a la vez, ser privados de sus saberes ancestrales e irse de sus pueblos para no volver.

Sensaciones hechas vida, canto, verso y copla, a través del viento surcan los telúricos bustos en que se encuentran apostados esos incansables trabajadores, viento que golpea las miradas expresivas esperanzadas de los niños, los mismos que no entienden su razón de infantes y deben ingenuamente inmiscuirse en un conflicto al cual están obligados a pertenecer mientras recorren esos torbellinos de míticos caminos que alguien debió poner ahí para atravesar sobre las faldas del gran ande y el piamonte los senderos que conducen al cielo… el cielo que con vehemente resignación espera encontrar el moribundo ignorado y maltratado por un sistema incapaz de defender la condición humana.

A todos ellos, nuestros hermanos trabajadores de la tierra, va dedicado este texto con motivo del día nacional del campesino. 4 de Junio 2010.

Escrito por Mario.

domingo, 6 de junio de 2010

“Soltaba un largo suspiro que le salía del alma: “¡Ay, Clementina Cayón, qué será de tu vida!

Comunicado frente a los 27 años de la desaparición física de nuestro
Comandante Jaime Bateman Cayón

Jaime Bateman Cayón, samario, amante de la rumba, la fiesta y la alegría. Soñaba con un país mejor, con justicia social, hacía la guerra para poder hacer la rumba en paz. Quería que en Colombia, una vez hecha la revolución, todos pudiéramos bailar y hacer un gran sancocho. Un sancocho del pueblo; donde todos participáramos cocinando y comiendo. El sancocho nacional donde cabemos todos.

La receta era la alegría, la honestidad, la esperanza, los anhelos de una vida mejor. Él creía que todos teníamos algo para aportarle a la revolución. Unos peleando, otros pintando, cantando, componiendo ó haciendo teatro, amando con verraquera y despertando amor con verraquera, con pasión desenfrenada para conquistar el corazón del pueblo. "Sólo así las cosas salen bien, cuando uno las siente como parte propia y no como un implante" decía.


Luego completó su orquesta: encontró a otros personajes como Iván Marino y Álvaro Fayad, acompañados de Boris, Carlos Toledo, Lucho Otero, Andrés Almarales, la Chiqui, y muchos otros… protegidos por la cadena de afectos que él creó y su madre Clementina mantuvo. “Si una persona es absolutamente sentida, constantemente querida, si en ella se dan cita una cantidad de afectos fuertes, el afecto de la mamá, de las hermanas, de la amante, de los amigos, esa cadena de afectos lo defiende de la muerte, del peligro, lo vuelve casi inmortal… porque el amor es la certeza de la vida, es la sensación de la inmortalidad…” le dijo a Alfredo Molano en una mágica entrevista.

La magia del amor y la efectividad de la pasión fueron sus armas más certeras. Si no hubiera sido costeño, tal vez la historia sería otra. Humanizó la guerra porque era samario expresó Orlando Fals Borda para referirse a su amigo “El Flaco Bateman”.

A veces los disparates son necesarios. Y por eso pensó junto a Otero la Toma de la Embajada y por eso se le ocurrió sacarle más de cinco mil armas al Ejército en Bogotá; les dio el Cantonazo. Andaba por las calles de Bogotá como cualquier ciudadano aún siendo el hombre más buscado del país. Se encontraba con sus amigos en la Calle 72 con Carrera 7… muy cerquita de aquí.


Llamó a la rebeldía al pueblo colombiano. Insistió en que no se iba a dejar humillar nunca. “Si no se negocia –decía- va a ser más duro, pero de todas maneras vamos a hacer la revolución en Colombia. A las buenas o a las malas”.

Pero el destino le jugó una mala pasada, hace 27 años se montó en una avioneta y aún no ha bajado. Desde ese día no está en ningún lugar, pero está en todos. El Flaco hace rato estaba olvidado pero con trabajo y amor lo estamos trayendo al combate, a la lucha, al Frente. Muchos, hoy lo quieren utilizar para sus campañas electorales, para sus propios intereses, pero él no se deja. Insiste, como hace 27 años, en que mientras no se haga una revolución no dejarán de estar los intereses del monopolio por encima de la vida humana. Y en Colombia el poder del Imperialismo (Bases, mercenarios, bombas, tanques, dinero), las Fuerzas Armadas que en su seno son mayoritariamente antinacionales y antipopulares, el bipartidismo y sus mutantes (Partido de la U, Cambio Radical y demás) van a controlar el país, a las buenas: con las elecciones que ya tienen arregladas o a las malas, sembrando la violencia como en el 48 con los “chulavitas” o en los 80s con el poder del narcotráfico y los modernos paramilitares.

La dignidad de los colombianos es vulnerada a diario, mientras muchos de los antiguos guerreros lo aprueban o no dicen nada. “Mientras haya un niño muriéndose de hambre en Colombia, yo voy a estar ahí” Y nosotros lo acompañaremos en la lucha por la dignidad, junto a José Antonio Galán, a Bolívar, a Policarpa, a Camilo, y miles de Colombianos que creen que hay que cambiar el país para que los niños del futuro no mueran en la guerra, miles de luchadores, como ustedes, que sienten el dolor del otro y quieren hacer de éste un país mejor, uno justo e igualitario.



Y para eso, para cambiar el país, tenemos una sola doctrina: el júbilo de ser amigos y poder estar juntos; el ser bacanos, con buen humor, pero también claros. Sabemos que los que lleguemos a hacer la revolución, ¡porque llegaremos!, la haremos POR Y CON EL PUEBLO. Porque nos conocemos, porque compartimos un sentir, una esperanza, y hemos jurado cumplir con amor, astucia y alegría.

¡LA PRIMERA POR INOCENTES, LA SEGUNDA POR SINVERGÜENZAS!


Comunicado frente al 19 de abril

¡LA PRIMERA POR INOCENTES, LA SEGUNDA POR SINVERGÜENZAS!
¡Qué berraquera poder estar aquí de nuevo con ustedes! Y decimos que es una alegría inmensa porque en un país como el nuestro, con tres millones de desplazados, miles y miles de desaparecidos, torturados y asesinados, nos sentimos felices de estar combatiendo, de soñar un país justo, estamos orgullosos de seguir creciendo y juntando fuerzas para hacer el sueño de democracia, libertad, justicia social y dignidad, una realidad.
Hoy es 19 de abril. Fecha insignia para las elecciones en Colombia. Ese día, los partidos tradicionales; Liberal y Conservador, se robaron las elecciones y se las entregaron al padre del Clan Pastrana. Pero vamos un poco más atrás, porque en este mes, abril, históricamente se han presentado hechos muy importantes para los colombianos.

El 9 de abril de 1948, Gaitán, quién iba a ser elegido indudablemente Presidente de la República fue asesinado. Hoy se sabe, que fue un pacto entre los ricos liberales y los ricos conservadores; las oligarquías a las que el líder popular les declaró la guerra. Esas elecciones que iban a perder los ricos fueron el detonante para que ellos, apoyados por la Policía y parte del Ejército, sembraran en el país la violencia que hasta nuestros días desangra la patria.
Las oligarquías liberal y conservadora son las culpables de la guerra que vive nuestro país. No tienen ningún tipo de autoridad moral para llamar a la “civilidad” y a llamar “ignorantes” a los “violentos”. Y cuando los “violentos” de los llanos comandados por Guadalupe y sus Centauros, y las guerrillas del Tolima podían tomar el poder para que hubiera “algo de justicia”, los “ricos” se inventaron el golpe militar para desarticularlos, engañarlos, desmovilizarlos y asesinarlos.


Y cuando el beneficiario del golpe, el General Rojas Pinilla, empezó a crear un proyecto propio, la oligarquía lo tumbó y cambió la dictadura militar por una “legal”: la dictadura bipartidista, por medio de lo que se llamó el Frente Nacional.
Luego, el 19 de abril de 1970, la oligarquía, una vez más, le robó las elecciones al pueblo, le impuso a Pastrana y sus sueños de un país más justo se frustraron. Y se nos muestra, que aún llegando por las vías pacíficas al poder, las oligarquías amangualadas con las Fuerzas Armadas, defienden los intereses de muerte y miseria para las mayorías. Si alguien todavía lo duda que se acuerde de Chile cuando derrocan a Allende, de la Argentina de Perón, después en Panamá asesinan a Torrijos, recientemente Zelaya en Honduras, y nos enseña la historia que si no hay un respaldo de fuerza, las decisiones del pueblo no son respetadas.
Hoy, ellos nos quieren dictar la moral. Los que mataron a Gaitán, quienes sembraron (siembran) la violencia, los que impulsaron la dictadura militar, los que la tumbaron, los que crearon, junto a los narcotraficantes, a los paramilitares, los que han impulsado la miseria, la desigualdad, la desesperanza, hoy pretenden llamarnos a la “civilidad”. Y descaradamente hoy culpan a las guerrillas de la pobreza y los otros males que aquejan a la nación. ¡Mentira! Las guerrillas nunca han gobernado, no han hecho ni las leyes, ni toman parte en el mercado, tampoco llevaron al Ejército a matar inocentes y pasarlos como falsos positivos.
Nosotros no vemos en los candidatos una propuesta para cambiar el país en beneficio de las mayorías. NO vamos a las elecciones. Creemos que nuestra tarea está al lado de nuestro pueblo, organizándolo y construyendo junto a él la paz con justicia social.


"El nombre M-19 cuestiona la validez de la lucha electoral y la confianza que sobre ella pueden tener las masas". Documento N° 2 del M-19


Universidad Distrital Francisco José de Caldas
19 de abril de 2010

Marcha de antorchas

El Movimiento Jaime Bateman Cayón, junto al Movimiento Subversivo Pedagógico y el Movimiento Anarquista Libre y Pensante, realizamos el 9 de abril de 2010 en la Universidad Pedagógica Nacional una Marcha de Antorchas, de la cual se hicieron participes distintos sectores de la Comunidad Universitaria.


El objetivo de ésta fue recuperar la imagen que hemos venido perdiendo, o mejor, mostrar que es lo que ocurre dentro de la Universidad que nos lleva a taparnos el rostro y a protestar de múltiples maneras.

Por esto salimos a la calle, con nuestras consignas de Libertad y Lucha, que históricamente caracteriza la movilización estudiantil.


Estando afuera charlarmos con los vecinos y les comentamos rapidamente el por qué de nuestras acciones. A ellos entregamos el siguiente comunicado:





En él, resumimos algunas problemáticas que afectan a nuestra alma máter y algunas reflexiones políticas en relación a la coyuntura nacional.

Agradecemos a todos aquellos quienes se sumaron a esta actividad y enviamos un saludo fraterno a todos los que ese día gritaron junto a nosotros que la UPN SE MUEVE O SE MUERE.