Movimiento Jaime Bateman Cayon: febrero 2010

TITULO COLORES

TITULO EN NAVEGADOR

domingo, 28 de febrero de 2010

¡¡¡ALERTA, INCREÍBLE, INSÓLITO… UYYY!!!



El comando “Jorge Marcos Zambrano” del M-19 acaba de ingresar y tomar el control total de la Embajada de la República Dominicana. Dentro de ella se encuentran los embajadores de 14 países, más algunos funcionarios del gobierno colombiano.
La toma, dicen los guerrilleros, es a causa del encarcelamiento, tortura y desaparición forzada a más de 500 militantes de todas las organizaciones guerrilleras, populares, estudiantiles y sindicales; represión que si bien no es nueva, se agudizó desde que este mismo grupo subversivo sustrajo casi 7.000 armas del Cantón Norte de Bogotá el año pasado.
A pedido de nuestros lectores, publicaremos EL PLIEGO DE PETICIONES que tiene el grupo guerrillero, a cambio de salir pacíficamente de la embajada, documento que está siendo discutido entre los delegados de Turbay Ayala y una pequeña mujer encapuchada, a quien se le conoce como “La Chiqui”:
· Exigimos la liberación inmediata de todos los presos políticos, sea cual sea su nombre (Miguel Ángel Beltrán, William Javier Díaz, etc.), el reconocimiento y arreglo de todos los daños causados por parte del estado.
· Rechazamos la violación de los derechos humanos, el uso de prácticas como el atropello y el exterminio, llamadas Emergencia Social o “Falsos Positivos”.
· Reclamamos que sea devuelto todo el dinero que con sangre le han arrancado al pueblo colombiano, éstos que hoy y siempre han controlado a la nación.
· Demandamos que se deje de torturar a nuestro pueblo. Que se detengan de inmediato tanto las torturas físicas como las psicológicas, el hambre, la miseria, y todo lo que sufrimos los de “abajo” mientras se enriquecen los de “arriba”. Por ejemplo el salario mínimo, que está por debajo del precio de la canasta familiar en un 50%.
· Exigimos la expulsión inmediata de todos los gringos y sus pares colombianos interesados en explotar, socavar y destruir todos nuestros recursos, pasando por encima de lo que como pueblo nos pertenece: la tierra y la DIGNIDAD.
· Por último (lo que no significa que esas sean todas las demandas de nuestro pueblo), colocamos nuestra vida y nuestro honor de guerreros como garantía que vamos a llegar:
¡CON EL PUEBLO, CON LAS ARMAS, AL PODER!
Compañeros, la promesa hecha con la toma de la Embajada se convierte en uno de los pilares de nuestra lucha, porque existen motivos de sobra para encapucharnos como hizo la Chiqui, para hablarle duro a un gobierno que no entiende sino a los golpes, para enaltecer la dignidad de todo un pueblo, para decir que no aguantamos más la ignominia, la desesperanza y la miseria. Que hoy, como en 1980, levantamos la bandera de la rebeldía hasta que en Colombia exista una verdadera democracia.
Aclaración: El pliego de peticiones que aquí se incluye no es exactamente el que se presentó en ese tiempo, pero es una construcción realizada para comparar lo que sucedía hace tres décadas con lo que sucede a diario. Les queremos dejar unas preguntas:
¿No es necesario, hoy más que nunca, volvernos a tomar una embajada o cientos de estas para que la oligarquía negocie?
¿No es necesario tomarnos el poder?
Muchas Gracias, se les quiere.
¿Cómo va a existir democracia en un país que es gobernado por una minoría extravagante, que pasea por el mundo comiendo caviar, tomando champaña, mientras el pueblo, cada vez más, ve empequeñecerse la canasta familiar?
CARMENZA CARDONA LONDOÑO, “LA CHIQUI”




Movimiento Jaime Bateman Cayón


UPN- Bogotá


UD- Bogotá


Febrero 27 de 2010




Comandante Bateman: ¡Cumpliremos!

AL COMBATE…MAN


Es gratificante poder iniciar otro semestre en un espacio como éste, una Universidad que alberga todos los sueños, las esperanzas y los esfuerzos de una juventud que busca, por muchos medios, un mejor país donde quepamos todos los colombianos.

Esa utopía es la que nos hace levantar cada mañana y ver al país con la frente en alto, llenos de valor y certeza que el amor a nuestro pueblo despertará la fuerza necesaria para hacer la revolución y convertir a Colombia en un país por fin justo. Pero eso no lo vamos a lograr sin el apoyo de ustedes… necesitamos su presencia, sus ideas, sus actos… lo necesitamos a usted, su país reclama participación.


Les damos la bienvenida a los compañeros nuevos. Bienvenidos a la lucha. En poco tiempo se darán cuenta que éste no es el país de las maravillas y que Alicia probablemente está en la indigencia. La Universidad Pedagógica Nacional necesita que sus estudiantes la defiendan del desangre a que el Estado, los monopolios y los corruptos directivos la han sometido. “Hay parches raros” dice el panfleto. Sí compas, hay parches raros, el de las directivas es uno de ellos. Parche corrupto integrado por vicerrectores, decanos y uno que otro lagarto.


“¡Sí hay camello!” Dice el panfleto de Ibarra… queremos verlo… Ya no bastan las palabras, cada vez que el rector o ex rector, (nadie lo confirma ni lo niega) abre su boca para decir algo, queda en ridículo pues la realidad demuestra siempre lo contrario. Ya nadie le cree. Nunca le volverán a creer. Los estudiantes han despertado. Por eso se va, o pretende irse en silencio. Por eso no volvió a dar la cara, para que no le exijan cuentas de sus 6 años de vacaciones pagas.


Por eso no fue a la inducción. ¡Le da pena decir tantas mentiras! Hace dos años no asiste a ninguna inducción, siempre pasa algo ¡qué casualidad! En esta ocasión puso a hablar a Gerardo Andrés Perafán, vicerrector de gestión, quién parecía experimentar un orgasmo cada vez que nombraba a Óscar Ibarra y su “gran gestión”. ¡MENTIROSOS! ¿Que la UPN es una de las mejores de América Latina? Ese cuento no se lo cree nadie.


Vemos con mucha preocupación esta situación. Se va el ladrón en cabeza (Perafán añorándolo desconsolado), pero quedan sus hormiguitas. Esas mismas que celebran un “triunfo” de la deshonestidad, pues cuando gana la voluntad de estudiantado con más de trescientos votos sobre cuarenta, ellos ponen al “representante estudiantil”, al que no reconocemos como tal, pues nos cansamos de esta democracia de pacotilla. Ni a Ibarra, ni a Diney, ni al que venga a hacer de mesías. Nos cansamos de la burocracia, de esa rifa de puestos que excluye a quién no esté en la rosca. Quédense con sus puestos. No nos interesan.


Además de todo… ¡Les quieren quitar la dignidad a los profesores! Ya no pueden apoyar ni marchas, ni paros, porque todo eso es perder clase y no les van pagar si hay “anormalidad” académica… Llegará el día en que si llueve no pagan, y si hace calor tampoco… ¡Ese es Ibarra y su gran cerebro! Pero el Consejo Superior y el rector no saben que la dignidad de los profesores está en alto y no tiene precio. No lo saben, tal vez, porque nunca la han tenido.


Por otro lado, y con mucho desconcierto, hemos visto cómo nuestra Universidad se convierte en un fortín electorero. ¿Carteles pegados por todo lado? Los estudiantes ya no somos compañeros, amigos, agentes políticos, sino votos. Números. Parte de las encuestas. Quienes critican a la derecha por no ver al hombre como tal, sino como objeto, hacen lo mismo. La juventud colombiana está siendo utilizada. Los mandan a promocionar a Petro, miserable neoliberal que busca callar al pobre con un crédito que nunca podrá pagar…


Como verán el panorama está en llamas. Así como los cerros de Bogotá que fueron y son incinerados para construir los condominios de los ricos en terrenos llamativos, pues les encanta estar de camping. Así, como con vergüenza vemos como dejan libres a los asesinos de los jóvenes de Soacha, militares que han traicionado los valores que en otra época Bolívar le imprimiera a las Fuerzas Armadas, institución que no dice nada cuando ultrajan al pueblo con un salario indigno y arremete en su contra cuando éste protesta. No dice nada cuando se destroza la seudo-constitución y Uribe III (El Proyecto de paramilitarización) es toda una realidad.


“El problema no es el robo de un pan… es el hambre de quién lo roba”Por lo anterior los anhelos revolucionarios no se acaban, así nos encarcelen, ya los muros no nos detienen; así nos maten vendrán otros, porque este no es un problema de individuos, locos, sino de desigualdad profunda. Ya no nos detendremos. No hay marcha atrás. La revolución está en camino y la hacemos miles de combatientes que creemos que la democracia, la paz con justicia social (la tierra, la educación, la salud, el salario) y el beneficio del pueblo son posibles para la inmensa mayoría de los colombianos.


“El problema no es el robo de un pan… es el hambre de quién lo roba”


Universidad Pedagógica Nacional - 16 de febrero de 2010

QUE COMIENCE LA FIESTA: ¡MESA QUE MÁS APLAUDA!



Compañer@s, amig@s y camaradas:
Sean tod@s una vez más bienvenid@s a este espacio de lucha y formación, donde muchos renacerán como luchadores, donde otros aseguran que solo vienen a estudiar. Aquí donde unos pocos se quedan con los recursos de todos, pero donde estamos esos que anhelamos, junto al pueblo, construir caminos de victoria.
Algunos compañeros nos ven y dicen: “que mamera estos manes, ¿será que no estudian?” Pues porque estudiamos es que estamos aquí, porque ya no somos los pendejos que creen todo lo que sale en TV, somos unos cuantos que desean contagiarlos de rebeldía y lo vamos a lograr. Otros que nos escuchan piensan: “humm, lo mismo de siempre”, tal vez a veces parecemos discos rayados y tendremos que ser más dinámicos para lograr convocarlos a todos. Para los otros que nos gritan “inexpertos” o “ineptos”, ofrecemos disculpas si los hemos ofendido y queremos reconstruir los lazos rotos, esperando que su voz en vez de levantarse contra sus compas, se levante contra los que los roban y los humillan. Con mucho entusiasmo saludamos a los nuevos: maestros, funcionarios y estudiantes, a los cuales desde hoy les advertimos que las cosas no están fáciles (y solos se darán cuenta), pero que se harán menos difíciles si contamos con sus esfuerzos y con sus ideas.
Pasaron dos meses desde nuestra última salida, donde el 4 de diciembre quemamos el año viejo uribista, consientes que era algo simbólico, pero más de uno llegó con todas las ganas de hacerlo realidad. Y no es para menos, ya que en vacaciones tuvimos que ver cómo aquellos que están haciendo campaña por la reelección salieron a regalar una natilla llena de veneno y de vidrio molido, dejando varios muertos, que casualmente solo fueron habitantes de la calles de Cali. O los incendios forestales, que arrasaron cientos de hectáreas en los cerros bogotanos, donde ahora, con el dolor del caso, tendrán que hacer costosos condominios, lo que sirvió de paso para autorizar el ingreso de equipos de última tecnología desde los EE.UU, para apagar futuros incendios o en su defecto para exterminar uno que otro foco de rebeldía ¿Qué seriamos sin la tecnología gringa?
Pero que tal la perla de los militares acusados por “falsos positivos”, saliendo por vencimiento de términos y para empatar, los militares retirados ganaron una tutela y los soldados y policías volverán a ser juzgados por la justicia penal militar, que quiere decir “los mismos con las mismas” y más impunidad pa’ este país.
Ya para darnos un recibimiento por todo lo alto, Varito -como le decía su mejor amigo Pablo Escobar- nos ofreció a todos los jóvenes la jugosa suma de 100.000 pesos. Claro está que tendremos que ser juiciosos e ir a contar todo lo que nos parezca raro, llámese gente pensando de más o algunos inventando cosas del magnifico gobierno. Al Narcoparaco del Uribe le recomendamos mucha vaselina y que se guarde su platica donde quiera y a todos los tiras, muchos de los cuales habían estado trabajando sin reconocimiento alguno, ¿qué mejor que esto? Pero olvídense que nos van a intimidar, NUNCA, porque de algo estamos seguros y es de la justeza de nuestra lucha, en donde estamos todos, bueno, excepto los que piensen que el cartón de egresado dirá: con énfasis en dejarse comprar la conciencia.
Para cerrar, solo nos queda invitarlos a una fiesta. Pero no de esas en que nos emborrachamos y demás, esa viene después. Los invitamos a la fiesta de la revolución, la que busca la paz con justicia social, o sea la tierra, la educación, el salario, la vida digna, esa a la que llevan algo más de 200 años invitándonos, desde Simón Bolívar, Camilo Torres, nuestro Cmdt. Jaime Bateman y muchos más, que han caído cuando más cerca estaban y se han ido con una profunda tristeza porque no se han sumado los suficientes para despertar a todos los que están dormidos, a los aguafiestas que no quieren bailar. Que todo el mundo aplauda, los licenciados, los ingenieros, el obrero, el carpintero y todo el mundo, para ver si por fin en nuestra generación están los que logren llamar a todos y hacer la verraca fiesta.

Muchas Gracias


Universidad Distrital Francisco Jose de Caldas - 04 de febrero de 2010

sábado, 13 de febrero de 2010

LA POLÍTICA DE LO MILITAR (parte 1)




INTERVENCIÓN DEL COMANDANTE ÁLVARO FAYAD EN LA REUNIÓN DE LA DIRECCIÓN NACIONAL, SAN PEDRO (CAUCA) — SEPTIEMBRE DE 1984.



LA POLÍTICA DE LO MILITAR

ÁLVARO FAYAD DELGADO


Nosotros hablamos de la guerra porque estamos haciendo política y hablamos de la construcción de un ejército porque tenemos proyecto político y construimos un ejército o buscamos construir un ejército de una manera y con una concepción que sean consecuentes con un proyecto político concreto y determinado como el que tenemos. Es decir, hablamos de guerra porque en Colombia queremos construir la democracia. Y hablamos de ejército porque es la única posibilidad como instrumento de nuestra política para conquistar la democracia en Colombia.
El eje fundamental de nuestra actividad es un proyecto político de poder. El objetivo: la democracia. Los protagonistas, las masas, los sectores democráticos. El objetivo global de toda nuestra actividad: El poder. Y el Instrumento militar adecuado para poder derrumbar el instrumento fundamental del enemigo, es la construcción de nuestro propio ejército.
Por eso yo no creo lo que decía un compañero, que somos muy buenos políticos y malos militares, Yo creo que somos malos políticos en la medida en que no desarrollamos bien las tareas militares que necesita el periodo, que necesita la Revolución Colombiana. Y no hacemos la guerra bien cuando no desarrollamos, cuando no asumimos las tareas políticas.
Hoy están los militares haciendo la guerra, en el momento adecuado, con los instrumentos adecuados. Hoy los militares están convocando fuerzas, convocando bloques sociales, cercando la propuesta del Diálogo, arrinconando a Belisario, unificando el sector reaccionario y militarista y ambientando el golpe. Eso exige de nosotros también una política agresiva y acorde con el periodo que estamos viviendo. El Diálogo es una tarea política. Si fuera suficiente construir un ejército, yo pienso que sería imposible derrotar el ejército enemigo; es más poderoso que nosotros. Es más fuerte que nosotros. La solidez de nuestra posibilidad de triunfo radica en un proyecto político revolucionario. Si separamos nuestro proyecto político del instrumento militar, estamos construyendo una herramienta ciega. Podemos meterle toda la técnica del mundo, podemos meterle todas las palas del mundo, podemos meterle todos los pozos de tiradores del mundo, podemos meterle todos los cursos y todas las experiencias, pero si no tenemos lo fundamental en el M-19, un proyecto de democracia y una voluntad de vencer, ¡es imposible! Mire, el análisis de la experiencia nos está demostrando eso. El análisis de la experiencia nos está demostrando que a medida que fuimos perfilando un proyecto político adecuado para la realidad del país, fuimos también perfilando el instrumento militar adecuado.
El salto al proyecto de democracia implicó para nosotros, de alguna manera, asumir el reto de construir un instrumento militar. Pensamos en el ejército en ese momento. Y pensamos con el peso de la tradición y resolvimos crear seis, siete móviles en Colombia.
Lo fundamental para rescatar de la experiencia de las móviles, yo pienso que fue la decisión de construir un ejército. ¿En función de qué lo hicimos? De nuestra propia experiencia. De la nuestra como organización y de la nuestra como pueblo. Y esto es importante tenerlo claro, porque lo que hoy estamos analizando, algunos de los elementos que estamos analizando, tienen que ver con el peso de una tradición guerriIlerista en Colombia, que todavía pesa en el recuerdo, en las experiencias, en las actitudes espontáneas de todos nosotros.
Cuando aquí se ha hablado de las experiencias de las móviles y las experiencias de la construcción militar del Frente Sur y del planteamiento en la 8a. Conferencia de una nueva concepción, que no es nueva, entre otras cosas, porque es tan antigua como la guerra revolucionaria de los pueblos; porque con base en esa concepción, triunfa China, triunfa Vietnam y triunfa la revolución cubana. Lo que ocurre es que en Colombia se había perdido esa concepción; Colombia había desarrollado una manera especial de hacer la guerra de guerrillas, que implicaba el permanente alejamiento de las batallas decisivas; que implicaba nunca buscar el ascenso a los extremos; que implicaba siempre conservar las fuerzas propias, pero nunca intentar golpear las fuerzas del enemigo. Lo que surge del Frente Sur es la necesidad de una nueva concepción. Yo por eso digo, frente a los errores todos del Frente Sur (y súmele veinte errores más y súmele cien errores más de la organización), hay que destacar que mantuvieron en alto una decisión política de construir un ejército. Se retó a uno de los gobiernos más terroristas de Colombia, al gobierno de Turbay Ayala. Que mantuvieron, con Fuerza Militar y con fuerza del pueblo, este proyecto y este período de la situación política y militar que estamos hoy cerrando.
Yo pienso que fue más difícil para nosotros, y sigue siéndolo, el desarrollo real y consecuente de la propuesta de democracia en términos políticos. ¿Cuántos esquemas nos tocó romper? ¿Cuántos esquemas nos sigue implicando romper, ser de verdad democráticos en Colombia? Hemos cometido más errores en lo político que en lo militar. Pero la decisión de mantener un proyecto político y la decisión política de construir un ejército nos han permitido avanzar y ser lo que somos hoy, no obstante todos los errores, con todas las dificultades, con toda la pasividad de lo viejo y de lo conocido, con todo el miedo a lo nuevo; con unas estructuras que se han desparramado y se han destruido, oiga, más de veinte veces.

Con todo eso, la 8a. Conferencia plantea la ruptura con el guerrillerismo, por lo menos como propósito. Se habla de un ejército más agresivo, de una estructura de ejército, con una concepción de aniquilar las fuerzas fundamentales del enemigo y, obvio, se plantea la propuesta nueva y surgen los viejos esquemas inmediatamente; "salimos dispersos de la 8a. Conferencia", dicen los campas. "¡Y se da la orden de no combatir!”. Yo me pregunto: ¿Estábamos nosotros con los mandos adecuados, con la concepción adecuada, con la práctica adecuada, para hacer una marcha de esas, combatiendo, que nos permitiera llegar concentrados a la zona de operaciones? ¿Con ese estilo de combate no nos habríamos dispersado en los primeros combates de la marcha? Y analice así todos los otros errores: el de Aeropesca; los compañeros dicen quién fue, por qué falló; bueno, y veamos lo del Cantón, ¿no fue peor? , y digo: sumemos todos los errores, y sumémosle cien más que no conocemos.
La formación de un ejército del pueblo

Pero rescatamos fundamentalmente una estructura, una organización, un proyecto político que asumió en serio, pero en serio y a profundidad, la construcción de un ejército.
Yo pienso que lo nuevo de esta reunión es que ya no hablamos de concepción, que podemos mostrar los avances concretos, avances en la búsqueda de la conformación de un ejército.
Digo: analicemos todos los errores de atrás, todas las responsabilidades, pero veamos también en todos esos errores cómo fueron surgiendo los nuevos elementos. Pero fundamentalmente insistamos en qué tenemos de nuevo hoy, y qué tenemos de viejo, Qué nos pesa todavía para asumir las tareas inmediatas y las próximas. Es decir, para asumir hoy las tareas militares del momento tenemos que decir con qué contamos en concreto, en qué hemos avanzado. Y en las intervenciones de los compañeros hemos visto los elementos nuevos. Independiente de cierto sectarismo que se nota en los análisis, Yo digo: a veces somos sectarios en los propios análisis, de nuestra propia actividad parcial. Entonces los rurales les dan madera a los urbanos y éstos les dan madera a aquellos otros y el otro resalta su propia experiencia; y necesitamos un esfuerzo global. Toda estructura tiene elementos fundamentales de desarrollo, desiguales y disparejos. Lo fundamental es que la organización, en cuanto tal, tomó la decisión política, organizativa, militar, financiera y logística de desarrollar una nueva concepción y crear las bases que permitieran tener los instrumentos, los hombres, los conocimientos para construir un ejército. Y es en función de ese plan, cuando después de la 8a. se puede volver a reunir la organización, en febrero del 83. Una organización ya esquelética en las estructuras; los compañeros del Frente Sur sin ninguna comunicación con Bateman; los otros miembros de la dirección presos, la OPM pasando de la dispersión orgánica que le había significado el saboteo electoral. En febrero del 83, en concreto, para ver el último punto en referencia, lo que se decide de nuevo es una definición política, independiente del desarrollo raquítico de la estructura, independiente de todo lo lánguidos que éramos, lo golpeados que habíamos salido después de cuatro años de combate contra Turbay; la Fuerza Militar sin comunicación, era el mayor reto que se le hada al movimiento guerrillero en Colombia.
Era Belisario, su proyecto de Paz, su amnistía. Allí se decide saldar cuentas con el insurreccionalismo como concepción espontánea. Hubiera sido fácil intentar rehacer orgánicamente, y a nivel de masas, las estructuras, lanzándolas a una actividad de masas: el insurreccionalismo como concepción estratégica. No concebimos la insurrección como el papel que debe jugar y que va a jugar en el proceso revolucionario en Colombia, y se decide, a pesar de la debilidad de las estructuras, formar una escuela, debilitando mucho más lo que había de desorganizado y débil de la organización. Ochenta, noventa, cien hombres a una escuela. Y se decide priorizar todos los esfuerzos en hombres, en cuadros, en finanzas, en logística en función del Frente Sur y en función de la escuela que se estaba haciendo. Y durante todo ese tiempo la actividad militar de la organización descansa en los compañeros del Frente Sur. Y es allí donde se da el salto, el salto concreto, real, la primera acción. Yo no digo que antes no se hubiera combatido con la misma agresividad; pero la acción de Paujil y la de El Mirador marcan la típica acción que queremos: atraer al enemigo, ponerlo en movimiento, golpearlo, aniquilarlo, recuperar fierros, rendir y tratar bien a los heridos. Están los elementos casi básicos casi completos. Que no lo hayamos logrado en este periodo, es otra cosa.
Los compañeros anotaban: en el próximo período tiene que darse ese tipo de enfrentamiento. Yo estoy de acuerdo en que no más Florencia, no más Corinto ¡más grande! Y más grande no significa en una ciudad más grande, significa mayor recuperación de fierros.
Ese hecho, donde se concreta la nueva concepción, empieza a jalonar no solamente el desarrollo militar, sino la propuesta política de la organización.
La terminación de la escuela, la creación del Frente Occidental, por la calidad de hombres, por la homogeneidad que tienen en la formación, por la capacidad de los cuadros al mando, mas la concentración que se hace con los compañeros que vienen del Putumayo y los que están trabajando allí en la región, conforman la mayor concentración de mandos y de fuerzas que teníamos en el momento. Y se empieza a desarrollar una concepción, una práctica. Yo pienso que el período nos arroja elementos nuevos, y el primero, el fundamental, es que la práctica ha demostrado que SI' es correcta la concepción. La práctica ha demostrado que sí se puede. La práctica ha demostrado que el enemigo se queda corto inicialmente frente al nuevo estilo de operar, frente a la nueva manera de combatir, con base en que el desarrollo de la nueva concepción tiene nuevos factores.
La experiencia que narra Boris no tiene nada que ver con la técnica, sino fundamentalmente con el esfuerzo, la convicción política, la necesidad de hacerlo. En el Frente occidental es una mezcla de técnica y de cuadros de decisión. Ahora, los obstáculos para la concepción son obvios: el temor a lo nuevo, el desarrollo desigual, el aprendizaje necesario. Estamos hablando de un periodo de 6 meses, compas. Estamos diciendo que es un salto impresionante en la historia militar de la guerrilla colombiana. Se han probado mandos y se han reanalizado bien las características nuevas de toda esta experiencia, la movilidad, la búsqueda de una zona más o menos determinada, la agresividad, la maniobra para el combate, el lograr la relación hombre-arma exacta. Ya es rutina de la organización hablar de hombre-arma. Estos son para nosotros avances kilométricos en relación con lo que teníamos. Deficiencias hay muchas. Pero el avance nos está dando la medida de lo que podemos hacer.
Sin embargo, algo que nos debe inquietar es la pérdida de oficiales; el informe hoy dice que casi la línea de oficiales, de capitanes y tenientes ha sido golpeada. Nosotros no podemos rifamos los cuadros, estamos exponiendo demasiado los cuadros de la organización. Creo yo que fundamentalmente por la capacidad organizativa, por la disciplina interna, pero también por una concepción. Nosotros también nos jugamos los cuadros fundamentales de la organización en cuestiones tácticas inmediatas. Todavía ese tacticismo de hacer las cuestiones a la carrera, confundir el desespero con la eficacia, está haciendo que perdamos cuadros estratégicos.
La decisión, en febrero 83, de hacer que la Fuerza militar creciera con base en el desarrollo propio para superar el periodo anterior, donde la Fuerza Militar tenía que girar en cada coyuntura política: que una declaración, accionar militar; que una nueva propuesta de Paz, accionar militar que una rueda de prensa, accionar militar. Eso impedía cualquier desarrollo planificado de la Fuerza Militar. Eso, entre otras cosas, se nota en los desniveles del desarrollo de la organización.
A la muerte del comandante Bateman, decidimos no montar ninguna campaña apresurada en homenaje al comandante Bateman, aunque pareciera que no estábamos haciendo presencia ante la muerte del compañero.
Se decidió seguir el ritmo natural con base en los planes de cada fuerza, que es la única manera del desarrollo. Lo mismo que se decide sacrificar la OPM, compañeros; sacrificarla en cuadros, sacrificarla en logística, en finanzas. Todo en función de apuntalar los dos Frentes que eran para nosotros lo estratégico.
Y en febrero 83 no había cinco centavos, compañeros, para hablar solamente del problema de finanzas. Y en febrero 83 se traza una decisión política: combatir, frentear, accionar frente a Belisario Betancur. Se hace un plan nacional, y un plan que sale cojo de entrada porque no hay cinco centavos con qué realizarlo, hay comunicación con el Frente Sur. La comunicación con el Frente Sur se logra un año y pico después. Pero se mantiene la decisión de que pasara lo que pasara en la coyuntura política, pasara lo que pasara con las otras estructuras, todo tenía que girar en torno a lo estratégico: la conformación de la estructura militar. Por eso tanta exigencia ante esta fuerza militar de occidente. Porque todo este período giró en apuntalarla. Por eso hoy no es tiempo de mirar cada experiencia particular, por eso no es el tiempo de mirar cada estructura,
Yo digo: miremos cada experiencia para darnos cuenta y criticar los errores, pero no perdamos la visión de conjunto: la estructura de la organización que piensa de SI misma como estructura, se está autocercando, política, orgánica y militarmente. Columna que piense solamente en función de sí misma. Fuerza Militar, Fuerza Especial, trabajo internacional, OPM, comunicaciones, que no tenga visión general del proyecto politice y de la construcción de un ejército, está impidiendo el desarrollo global de la organización.
Aquí se ha hablado de gérmenes de ejército que tenemos: de artilleros, de explosivitas... creo que hoy es el momento, con base en la técnica, las experiencias, de crear las bases sólidas de estructuras. La Fuerza Militar tiene primero que empezar a intercambiar las experiencias de los compañeros que tienen una técnica adecuada, con los compañeros que tienen una experiencia y una práctica largas.
Es decir, tenemos todos los elementos, pero los tenemos desorganizados, sueltos, sin una concepción todavía homogénea, sin una estructura homogénea Y sin plan para los objetivos y estructura que tenemos. A mí me parece que el esfuerzo de esta reunión debe ser ése. Qué es exactamente lo nuevo, con qué contamos, cuáles son las deficiencias que todavía nos pesan; en concreto, cuáles son las tareas políticas del país y lanzarnos a eso.