Sacerdotes guerrilleros (Parte 3 de 4)
Pregunta ahora Jerónimo: Compañero Manuel Pérez: ¿En qué condiciones muere el padre Domingo Laín?
Domingo murió en la quebrada La Llama, cerca a Puerto Clavel y Bagre, departamento de Antioquia. Los compañeros venían haciendo un cruce para comienzos del 74. O sea e el tiempo todavía comprendido en la Operación Anorí. Venían del Magdalena hacia el Cauca. Al llegar a esas tierras, se encontraron con un gran operativo del ejército. Ellos venían de caminar muchos días, en una situación muy dura de cansancio, agotamiento y todas las demás dificultades propias de una lucha como esta de la lucha armada revolucionaria. Problemas de alimentación, de enfermedad, porque esa es una zona muy brava de paludismo. Ellos estaban sin provisión y se encontraron con ese operativo enemigo.
Por todas esas dificultades, Domingo estaba enfermo. Estaba hinchado y se pensaba que eso se debía a la desnutrición. Pero ante el operativo militar con que se encontraron, ellos vieron que lo mejor no era estar pasivos, y que ya que los había cogido el operativo, iban a enfrentar la situación. Ellos descubrieron un campamento del ejército, y además se dieron cuenta de que el ejército acampaba ahí pero se emboscaba en un camino por si acaso pasaba la guerrilla. Entonces los compañeros trataron de montarle rápidamente una contraemboscada al ejército.
Ahí hubo como un acercamiento de las dos fuerzas, los compañeros no estaban bien emboscados y la plaga enemiga venia bajando ya. Entonces hubo un choque en que los compañeros le hicieron bajas al ejército. Al parecer, según testimonios posteriores, Domingo trató de recuperar un arma a uno de los soldados que había caído. Pero otro soldado había quedado vivo detrás y le rafagueó a Domingo. Otro compañero murió también al tratar de rescatar el cadáver de domingo. Sé que en la actualidad hay en el sur de Bogotá un barrio que lleva su nombre, cerca a la ladrillera donde Domingo trabajó como obrero.
Juan Carlos, pregunta En qué condiciones y en dónde muere también el padre José Antonio Jiménez, a lo que Manuel Pérez responde:
El fue el primero que murió de los tres. El murió como al año de estar vinculados nosotros a la guerrilla. Murió por los lados de Yondó, Antioquia, cerca del río Magdalena. Los compañeros, como siete, habían salido a una comisión, incluido él, José Antonio. Era una de las primeras veces también que él salía a operativos. Cuando llevaban varias horas caminando, José Antonio se sintió mal. Se detuvo la marcha, y el compañero comenzó a trasbocar, como con mareos intensos, y al poco raro murió, ahí mismo.
No se puede establecer si fue insolación o si fue que algún animal le picó o mordió. Es que a los pocos minutos de su fatiga, perdió la noción de las cosas, perdió la capacidad de raciocinio. Nunca se pudieron establecer las causas reales de su muerte, pero las circunstancias fueron así.
José Antonio era el mayor de los tres. Tendría unos treinta y tres años. Había nacido en un pueblo llamado Nariño, de la provincia de Teruel, también Aragón. Había hecho su bachillerato normal y trabajaba en un banco en Madrid. Era cajero, tenía su profesión. Y ya siendo adulto fue que decidió hacerse sacerdote. Incluso tenía novia y estaba para casarse cuando resolvió vincularse al seminario para iniciar su carrera sacerdotal.
Y como interrumpió su vida normal y dio ese paso, nosotros lo molestábamos diciendo que era de vocación tardía. Era una persona muy responsable en su vida, su trabajo, en sus relaciones familiares. Entonces es adulto decide ser sacerdote, y mas adulto aun cuando se resuelve por la guerrilla. Desde que se vincula al seminario se vincula con nosotros hasta que llegamos a América y hasta que muere en la lucha armada guerrillera colombiana. Podríamos decir que era algo así como la persona seria del equipo de sacerdotes que trabajábamos juntos. Domingo y yo éramos mas hiperactivos. En cambio José Antonio era mucho más reposado, más sereno, mas aplomado, reflexivo, analítico. Él tenía otra característica en la guerrilla, y es que a pesar de que muy pronto murió, él venía haciéndose unos cuestionamientos de algunas cosas que veíamos no correctas que se desarrollaban en ese tiempo en la guerrilla.
De ahí que él estaba para ese tiempo como en una situación de ver cómo se podían plantear algunos cuestionamientos sobre cómo estaba dándose el desarrollo de la organización. Esos son algunos de los aspectos biográficos fundamentales de José Antonio Jiménez.
José Antonio estuvo en la parroquia de Olaya Herrera en la Ciénaga de la Virgen de Cartagena, junto con Domingo y conmigo, Antes habría estado conmigo en la Republica Dominicana.
Nayibi levanta la mano para pedirle al Padre Manuel Pérez: Háblenos un poquito de usted: ¿Dónde nació, Cuando..?
Yo nací en 1943 en Alfame, un pueblito o caserío de la provincia de Zaragoza, como a veinte kilómetros del pueblo donde había nacido Domingo Laín. También soy de familia de campesinos pobres, y también desde niño fui educado como en una actitud normal muy sana en aquellos pueblos, con una religiosidad popular muy fuerte, y con las mismas cualidades fundamentales de honradez, solidaridad humana y cristiana, pues eso los padres de uno lo inculcaban mucho y desde sus primeros días de vida. Esa es la norma general en aquellas regiones españolas. A los once años yo me fui para el seminario de Zaragoza. Primero estuve en un pueblito que se llama Alcoriza, donde estaba el seminario menor, después pasé al seminario mayor.
Mery, característica santandereana, chucureña, pregunta:
Compañero, ¿Cuáles fueron las primeras inquietudes o los primeros impulsos sociales, políticos, revolucionarios que ustedes como sacerdotes europeos sintieron por los pueblos de América Latina y porqué?
Nuestras inquietudes, junto con Domingo, José Antonio y otros sacerdotes, era cómo ligarnos más a la situación que vivía la gente. Al comienzo tuvimos inquietud por ligarnos al trabajo de los obreros en España. Después ya comenzamos a tener inquietudes de ver cómo vivían los inmigrados españoles en Francia, en Bélgica y muchas otras partes y de ahí salíamos en temporadas largas a trabajar como un emigrado más. Así fue como nos encontramos con los sacerdotes obreros en Francia, y nos vinculamos un poco a toda esa corriente de sacerdotes obreros cuando todavía éramos seminaristas. Entonces pensábamos en nuestra vocación sacerdotal, pero vivida en unas condiciones muy diferentes a las que normalmente se conocía como la vida tradicional de los sacerdotes. Para nosotros lo fundamental era encarnarnos en la población más explotada, por lo que consideramos que lo normal de la vida de nosotros era vivir como cualquier obrero en las condiciones de poder vivir del mismo jornal que se ganaba y compartir con la comunidad, sus mismas condiciones de vida. La misma calidad de habitación, de trabajo, de relaciones.
Y al mismo tiempo considerábamos una aportación a todo este debate de la relación marxismo-cristianismo y de integración de los cristianos a la revolución.
Natalia pregunta: Padre Manuel Pérez: Oí hablar antes de otro sacerdote que fue del ELN y que se llama Diego Cristóbal, ¿El era también español o colombiano?
Diego Cristóbal es otro sacerdote, colombiano, que estuvo vinculado a la guerrilla nuestra y que ya murió. Fue un hombre de una gran personalidad que jugó un papel, un gran papel en la organización. Él se vinculo a la guerrilla, aunque mucho tiempo antes estaba colaborando con la organización. Se vinculo a la guerrilla precisamente en los momentos de mayor crisis. Cuando más dificultades tenía la organización, él da el paso de irse a la guerrilla, vincularse a los frentes y bregar a trabajar mucho para lograr que la organización saliera delante de la crisis en que se encontraba. Él es de la orden franciscana, nación en Antioquia, sino recuerdo mal fue en Itagüí. Él se ordeno de sacerdote y desde antes estaba muy ligado con la pastoral en relación a los pobres. Su vida sacerdotal la realizó en Buenaventura haciendo un trabajo con las negritudes que son gentes muy pobres. Después fue trasladado a Bogotá. Mientras estuvo en su parroquia hacia un trabajo pastoral muy liberador. Precisamente en esa actividad es que él debe pasar a la clandestinidad, tanto por su actitud de compromiso con los pobres, que ya desde ese tiempo empezaba a ser sospechoso para las autoridades civiles y de seguridad de acá en Colombia, como por algunas dificultades que se presentaron en el trabajo desde la clandestinidad, o desde su situación de miembro clandestino de la organización se presentaron. El compañero rápidamente en su vinculación a la guerrilla tiene un gran prestigio porque tanto se logro asimilar y adecuar rápidamente a las condiciones de vida del campo, como al mismo tiempo aportas mucho en la actividad militar y el desarrollo político de masas. Él rápidamente adquiere responsabilidades en el Frente Camilo Torres, que fue donde estuvo, y después paso a nuestra dirección nacional provisional. Siendo miembro de nuestra dirección nacional provisional, es que muere el compañero en un combate en Suratá. Estaba nuestra dirección nacional provisional reunida, cinco en total, siendo atacados por el ejército. O sea el ejército llega a esa finca donde los compañeros estaban reunidos. Entonces el compañero con mucha tranquilidad salió a saludar al primer soldado que venía. Lo saludó y le preguntó qué quiere. Respondió que iba a hacer una requisa, lógicamente porque estaba delatada la casa. Entonces el compañero se lanzó y le arrebató el fusil, y al tratar de disparar, el fusil no tenia munición en el interior de la recámara. Entonces cuando el compañero trató de llevar las balas a la recámara, fue que los otros soldados que venían detrás de éste le dispararon. Así murió el compañero. Nosotros creemos que fue una actitud muy valiente y consecuente, en que a pesar de estar desarmados, el compañero se las ingenió para desarmar al militar.
Jenny insiste sobre el padre Diego Cristóbal: ¿Cuántos compañeros iban en ese momento con el sacerdote?
Iban cuatro no más
¿Los otros no alcanzaron a reaccionar?
Sí, otro compañero que alcanzó a reaccionar también fue dado de baja por el ejército. Y los otros tres fueron detenidos.
El turno para preguntar es para Yaneth: ¿Quién fue en el ELN el padre Aurentino Rueda?
Aurentino Rueda ha sido muy mencionado porque ha adquirido trascendencia también, porque ha tenido responsabilidades en la organización. Y que también era franciscano; el primer franciscano que se vinculo al ELN, es colombiano, que también por su compromiso con los pobres, por su dedicación al trabajo con las comunidades en Bucaramanga, él comenzó cada vez más a adentrarse en ese compromiso de liberación de los pobres. El compañero después de que también tuvo que pasar a la clandestinidad por algunas dificultades que se presentaron en su trabajo, también se vinculo a la guerrilla y también se supo adecuar rápidamente a las condiciones de vida del campo. Eso hizo también que el compañero fuera asumiendo responsabilidades en la guerrilla y en la organización. El compañero venia cumpliendo un trabajo en la guerrilla, y también el compañero se mantiene pues activo. Él está vivo pero hablamos de él por lo que es una persona conocida por el enemigo, y también es un compañero que ha aportado mucho a esta lucha.
Leyla interroga de qué parroquia era el padre Diego Cristóbal…
yo no recuerdo bien de qué parroquia fue en Bogotá, que fue donde trabajó como sacerdote, entre otras ciudades del país. De Aurentino tampoco recuerdo su parroquia en Bucaramanga. Hay muchos otros sacerdotes católicos que colaboran y hasta podría decirse que son del ELN, pero cada uno de ellos en su parroquia, y por eso no es prudente ni conveniente hablar de ellos por ahora.
Mauricio, formula tres preguntas en una “por si no alcanza el tiempo para la segunda vuelta”, dice, y pregunta:
¿En qué circunstancias prácticas, detalladas se vinculan ustedes al ELN? ¿Cuál era el estado de la organización y en qué condiciones la encontraron cuando ustedes llegaron al ELN?
Las circunstancias o decisión de vincularnos al ELN fue a raíz de nuestra expulsión de Cartagena. Nosotros vivíamos en esa ciudad las mismas condiciones de vida y de lucha que vivía toda la gente. Por eso cuando se produce nuestra expulsión, nosotros decidimos nuestra vinculación a la guerrilla como el paso siguiente, como lo haría cualquier pobre (con conciencia claro está) al cual no se le permitiera mas estar legalmente trabajando y luchando. Ahora bien, nosotros no queríamos ser como los sacerdotes españoles que aparecían vinculados a la guerrilla, sino que queríamos ser un grupo en el que fundamentalmente los sacerdotes colombianos, o de origen colombiano, estuvieran encabezando esa decisión, para que no se nos pudiera tachar o tachar a la organización, de estar vinculando extranjeros a su seno, aunque nosotros nos sentíamos en muchos sentidos plenamente colombianos.
De ahí que en ese tiempo hicimos una reunión como con doce sacerdotes que estábamos todos en la misma línea de trabajo. Todos asumíamos la decisión de vinculación a la guerrilla, y que haríamos publica esa decisión, cuando ya estuviéramos en las montañas. Porque sí es importante ver que realmente no era una cosa individual o particular sino que era el compromiso de muchos sacerdotes, que a partir del compromiso que habíamos hecho como grupo de Golconda, veníamos trabajando en una pastoral de liberación y comprendiendo que la salida era el socialismo; que para llegar a esa salida, realmente había que enfrentar, en una forma violenta, las estructuras de opresión que había en Colombia. Por eso cuando ya las puertas se cierran para otro tipo de trabajo, somos un grupo bastante numeroso, la mayoría de los cuales habíamos sido reprimidos ya en nuestro trabajo, como era Vicente Mejía en Medellín, Manuel Álzate en Cali, René García en Bogotá, Roberto Becerra en Bucaramanga, nosotros en Cartagena. Había otros misioneros que estaban por el alto Sinú, otros por los Llanos. Había sido también la participación con monseñor Valencia Cano. O sea, todos del grupo de Golconda, realmente era un grupo sacerdotal bastante numeroso.
Esa decisión la seguimos bastantes compañeros, si bien posteriormente por dificultades muchos de esos compañeros siguieron trabajando pero en una relación más marginal con la guerrilla, pero sí todos dentro de ese gran sentido de liberación popular. Ahí tomamos esa decisión, el grupo de sacerdotes de ingresar a la guerrilla, y en ese momento somos expulsados de Colombia, pero nos mantenemos firmes y consecuentes con esa decisión. Por tanto primero salimos José Antonio y yo expulsados de acá. Incluso nosotros llegamos a España y nos regresamos hasta Curazao, de donde nos echaron, y en donde estábamos esperando a ver si podíamos hacer felación nuevamente con Domingo Laín, y que éste hubiera hecho nuevamente relación con el ELN, para nuestro ingreso directo y clandestino, obviamente, a sus filas.
Pero estando en esa espera somos expulsados de Curazao, llegamos de nuevo a la Republica Dominicana, de allí nos expulsan nuevamente para España encontrándonos otra vez los tres: Domingo, José Antonio y yo. Ahí es donde hacemos ya conexión con voceros del ELN en Europa y venimos clandestinamente para la guerrilla.
Me pregunta usted cómo encontramos la guerrilla a nuestro ingreso. Eso fue un impacto de mucha expectativa, de mucho romanticismo, de la ilusión. Para ese momento se vivía muy intensamente la caída del Che Guevara en Bolivia. Nosotros habíamos leído el Diario del Che en Bolivia, Guerra de Guerrillas del mismo Che, pero en la práctica no sabíamos nada de guerrillas. Lo que habíamos oído de Camilo con esa gran motivación que nos había sorprendido las condiciones de vida del pueblo con el cual vivíamos, y podríamos decir que la única enseñanza de guerrillas que teníamos, era el Che.
Incluso le voy a contar una anécdota muy curiosa. Cuando nos expulsaron de aquí, nos metieron en un barco español, el Zatrustegui. Ahí en el barco la gente nos recibió, todos los tripulantes, claro, con la expectativa de que éramos sacerdotes españoles expulsados de Colombia. Comenzaron a interrogarnos, que cómo vivíamos. Nosotros en medio de nuestra ingenuidad hablábamos sencillamente con quien fuera. Contando nuestra experiencia porque hasta ese momento no teníamos nada qué ocultar, sino nuestra experiencia como sacerdotes españoles en un país latinoamericano. Se nos presentó en ese barco un medico, el médico del barco, diciendo que él era Inti Peredo que iba clandestino para hacer unos contactos internacionales. Nosotros entre crédulos e incrédulos, sin embargo dijimos cosas no muy favorables sobre el régimen español que en ese momento estaba en estado de sitio. Repudiando a Franco, etc. La cosa fue que tan pronto llegamos a España nos detuvo la policía española. Pues el tipo no era ningún Inti Peredo sino un miembro de la policía de seguridad de España. Ese fue un incidente anecdótico motivado por nuestra ingenuidad de entonces.
¿Cómo encontramos la organización?, pues yo digo que dentro de ese romanticismo que teníamos, para que
se haga usted una idea, con ese sueño de sabe cómo el Che, que había sido una persona tan integra, tan dedicada, y sobre todo lo que nosotros más admirábamos: Tan desprendida de su internacionalismo. En ese sentido nosotros decíamos, y un poco nos parecíamos al Che en eso, de que nuestra patria era donde los explotados estuvieran, y ahí nos vinculamos a una vida de ser uno más de los explotados. Por eso era que para nosotros era de gran admiración el Che.
Bueno, lógicamente el contraste de ese sueño, de esa ilusión romántica a la realidad, fue muy duro, porque los hombres que encontramos en la guerrilla del ELN de entonces, no eran esos héroes como el Che, sino hombres comunes y corrientes de carne y hueso, con sus deficiencias en muchos casos, dentro de esa concepción que se tenía en ese momento, en que la subsistencia del guerrillero hacia que a todo el mundo se le probara, muchas veces no con el mejor trato; y más cuando era un hombre que llegaba de la ciudad; tenía que mostrar que, en cierta forma todavía ese machismo estaba vivo en las guerrillas. Entonces nosotros habituados a ese trato de la fraternidad, la relación humana, todas esas actitudes y principios en que nosotros habíamos sido educados, no por ser religiosos sino por nuestro humanismo y porque nuestra religiosidad nos llevaba a que para nosotros lo máximo era el hombre, y en el centro de la vida era el hombre; y por tanto el respeto a la persona humana era lo más importante. Lógicamente hubo cosas que nos sacudieron e impactaron negativamente; nosotros reflexionamos en que esas eran las condiciones de la lucha y de la guerra, y que por lo tanto teníamos que comprender mucho más cómo era esa realidad. De todas maneras nos impactó el heroísmo de aquellos compañeros que conocimos en aquellas condiciones tan difíciles de persecución del ejército, y que aun así mantenían ese espíritu y esa actitud de combate y ese heroísmo y decisión como para dar la vida por el compañero y ante la decisión de cada hombre cuando iba al combate.
La consigna era que ningún compañero que cayera junto a uno, odia quedar en manos del enemigo. O que al enemigo había que recuperarle sus armas. Entonces esa gran decisión y ese coraje se cumplía, se veía en aquellos hombres.
Eran hombres de una gran nobleza y de mucha dedicación a la lucha. Pero dentro de esa concepción, en que ya se hacían notorias las deficiencias de desviación foquista que hemos llamado, había algunas situaciones que se venían ya resaltando. Hacíamos mucha actividad militar; había rasgos de militarismo y autoritarismo, y de mal trato hacia los compañeros, un trato duro, fuerte. Entonces para nuestra sensibilidad de educación, eso era duro. Otras dificultades: pues uno ve que es lo normal en las organizaciones; lo que a nosotros nos impactaba mucho era el manejo y el desarrollo de las contradicciones internas del movimiento, y cómo eso incidía en la vida y en la relación de los hombres. No siempre se manejaban las contradicciones internas bien. Porque una cosa era la discusión y otra muy distinta la fraternidad entre camaradas. Entonces afectaba una cosa a la otra. Ese era un aspecto que a nosotros nos impresionaba. Otro aspecto, como en continuidad, era la dureza de la vida. Nosotros habíamos sido educados en el sacrificio pero era un sacrificio voluntario. Aquí también era voluntario, mas sin embargo, las condiciones duras de la vida, eran independiente de la voluntad o no, sino de unas condiciones de subsistencia muy difíciles. De hambre, de persecución del enemigo. Adecuarse a unas condiciones de vida así, es un proceso.
Lucas, siguiendo la táctica de Mauricio de preguntar doble y hasta triple de una sola vez, pregunta quién era el máximo jefe del ELN cuando a sus filas hicieron ingreso Manuel Pérez y los demás sacerdotes españoles, y cuál era la situación política y militar de la organización cuando ese ingreso se produjo…
Entonces el ELN estaba definido como una organización político-militar con una concepción marxista de la guerra. Planteaba la guerra popular y prolongada, la transformación de las estructuras, o sea que políticamente estaba claro en su objetivo hacia la toma del poder.
Álvaro interrumpe: ¿Todavía tenían la concepción foquista?
Exacto. Tenía el planteamiento foquista de que el foco irrumpía, se reproducía e insurreccionaba a las masas como por inercia. Que era, en síntesis muy apretada como la deviación que se venía produciendo de cómo materializar y aplicar lo que había sido la experiencia cubana. De ahí que la expectativa era que íbamos a crecer y que haciendo combates la gente se iba a vincular porque eso llamaba la atención, la despertaba y la incentivaba. Y que por tanto lo principal era lo militar. Lo demás se daba por su inercia. Y efectivamente incluso la guerrilla a nivel táctico hacia combates de envergadura y con poquitos hombres, con mucho arrojo y mucha valentía. En ese tiempo en que yo me vinculé, se desarrollaron muchos combates, hasta 1972, prácticamente hasta que comenzó Anorí. La guerrilla del ELN era muy combativa y produjo acciones que en ese momento provocaron mucho impacto.
¿Militarmente estaba muy diezmado el ELN cuando usted se vinculó?
No era su mejor momento pero sí venia en proceso de auge y desarrollo. Porque hasta 1973 fue auge y desarrollo del ELN. En el 69 lo que pasa es que para ese tiempo las guerrillas eran muy combativas pero no muy numerosas también. Para ese momento alcanzamos a ser 250 guerrilleros y con esa cantidad de hombres en esos tiempos hicimos muchos combates. Realizamos hasta cuatro tomas de poblaciones con policías al mismo tiempo. Emboscadas. Hacíamos tomas simultáneas, porque un grupito de diez o quince compañeros era capaz de hacer una toma de puesto de policía de ocho o diez policías. Se hacían acciones con mucho arrojo y con mucha audacia. Podríamos decir que esos fueron los mejores momentos del ELN hasta 1973 cuando se produce el golpe de Anorí.
Jorge Enrique, quien no se inscribió porque creía que no tenía nada que preguntar, no se aguantó el impulso de interrogar sobre sus antiguos amigos y compañeros en la Juventud Comunista de Santander, quienes después ingresaron al ELN, siendo fusilados en desarrollo de la lucha interna mal conducida en su seno.
Es cierto, comandante Manuel Pérez, que ustedes han reivindicado la memoria de los compañeros Medina Morón, Heliodoro Ochoa y Julio Cesar Cortés y otros compañeros que fueron fusilados al finalizar los años sesentas?
Sí, nosotros hemos reivindicado la memoria de todos los compañeros que murieron ajusticiados tanto en ese juicio como en otros. No porque consideremos que todo lo que hicieron esos compañeros fuera correcto. Sino porque consideramos que murieron como consecuencia del mal tratamiento, de parte y parte, de contradicciones políticas. O de maneras de resolver militarmente contradicciones políticas; por el mal manejo que de las partes en contradicción se le dio. Y salió vencedor el más fuerte, pero dándole salidas militares a lo que se debía dar salidas políticas. Por eso es que nosotros no consideramos ahí ni vencedor ni vencido, ni excluyentes ni excluidos, sino que consideramos que son compañeros que lucharon honestamente en la revolución, que tuvieron contradicciones políticas de los compañeros que después continuarían también con la lucha, como Fabio Vásquez y otros compañeros pero eso no quiere decir que esos compañeros, por ese hecho no sigan siendo reivindicados como revolucionarios,
Patricia quiere saber: ¿Las relaciones de Vásquez y el ELN como son en este momento?
Nosotros procuramos que sean lo mejor. Sí se relaciona él con compañeros de la organización, y yo personalmente he ido a hablar con Fabio Vásquez. Nicolás Rodríguez también. Porque nosotros en el 75 o 76, cuando se tomó la decisión de cuestionar la primera responsabilidad de Fabio Vásquez, no fue la decisión de excluirlo de la organización, sino de que se analizaran algunos errores en la organización, y lógico había un buen numero de compañeros de responsabilidad; cuando supimos de algunos errores no solamente de consideración política, sino de responsabilidad individual, y como el mayor responsable de la organización en las determinaciones concretas; nosotros consideramos que en esas condiciones el compañero no era el hombre que debía seguir siendo el primer responsable de la organización. Se le cuestionó la responsabilidad pero no la militancia en la organización. Quedaba pendiente tratar en algún evento democrático, el análisis de esas dificultades. Por eso se fue a hablar con el compañero y se le cuestionó. Por esos errores se e informó que quedaba destituido de la primera responsabilidad de la organización, mas no de la militancia. Y que por la situación difícil por la que atravesaba la organización, se planteaba que si era bueno que continuara en el exterior, y que íbamos tratando su situación.
Después de pasar varios años en que la organización va adquirir un desarrollo y condiciones de ir generando un desarrollo del centralismo democrático, de la participación de la democracia del conjunto de la organización en todas las decisiones políticas, y también históricas, nosotros consideramos que ya habían las condiciones para que abordaran estos aspectos, en un clima mucho más sereno y tranquilo. De ahí que fuimos a hablar con él, y a plantearle cómo mirábamos algunos aspectos de la historia, en los cuales él podía sentirse involucrado. Lógicamente no hemos coincidido en muchos de esos aspectos. Nosotros respetamos la opinión del compañero en muchos de esos aspectos, pero consideramos que la organización debe fallar sobre esas responsabilidades históricas. No consideramos que va a fallar sobre las personas en cuanto a someterlas a un juicio, sino a hacer claridad sobre aspectos históricos, como fueron esos juicios. Esto ha hecho que él se considere en algunos aspectos un poco lastimado, o por lo menos con diferencia a lo que valoramos a otros compañeros de la organización. Sin embargo, nosotros creímos que lo mejor era tratar esa situación en un evento democrático, en que una parte de ese evento se lo dedicáramos a esa situación histórica que quedaba con relación a Fabio Vásquez por ser una persona tan importante como nuestro fundador al cual seguimos reivindicando como tal. En ningún momento los errores que haya cometido, nos llevan a no valorarlo como el fundador de nuestra organización. De ahí que entonces lo invitamos al primer congreso de la organización. El compañero no quiso asistir. Adujo algunas razones. Pero nosotros consideramos que no era valido el planteamiento de no asistir, siendo que la dirección lo orientaba como un militante más para asistir a ese evento.
Argenis estaba aun temblando de emoción por el escrito que momentos antes le había entregado en la rancha, al calor de la hoguera y mientras saboreaban el tinto de las siete de la noche, su guerrillero enamorado y que decía:”Para ti, porque eres capaz de transformar la sombra en luz y la tristeza en alegría. Quiero darte hoy, multiplicado por millones, todo el amor con que has iluminado nuestros corazones”. Embriagada por los efectos del amor, Argenis interrogó a Manuel Pérez; ¿Quién remplazó a Fabio Vásquez en la comandancia general del ELN, y cuando llegó usted a ese cargo?
Nicolás Rodríguez Bautista lo remplazó, porque él era el remplazo que Vásquez había dejado. Entonces la organización siguió aceptando al reemplazante en la comandancia que Fabio Vásquez había dejado. Yo para ese momento era segundo responsable de un grupo guerrillero. Al salir Fabio Vásquez y al cuestionarse su responsabilidad, una de las primeras actividades que hizo Nicolás Rodríguez, fue citar a una reunión de los principales cuadros de la organización. De ahí que se considero que los dos primeros responsables de cada grupo guerrillero asistiéramos a esa reunión, y también algunos responsables urbanos. Ahí es donde se realiza, en el 78, la primera reunión de responsables de la organización. Así la llamamos. Ahí es donde supuestamente se nos consideró, al no haber cabeza en la organización sino solamente Nicolás, se nos consideró a los dos primeros responsables de cada frente, como una especie de dirección nacional provisional. Podemos decir que en ese momento es que entro yo a formar parte de la conducción o decisiones de conducción nacional de la organización. Eso fue en 1978
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En próximos dias la parte final...